Era martes 04 de octubre y empezaba con el paseo a Yaca, las actividades de las Bodas de Plata de la Promo. Yaca es un paraje maravilloso ubicado a orillas del Río Pachachaca.Llegamos allí por invitación de Hubert Curazao mas conocido como el "Quisi", quien generosamente puso a disposición no solo los espacios de la antigua hacienda, hoy convertido en un lugar recreacional, sino también puso un rico plato de chicharrones para el almuerzo y poder así calmar nuestro voraz hambre, tanto más el de los compañeros que jugaron como niños chicos futbol y voley, juegos de los que me eximí por motivos de salud, así como me eximí de varias otras actividades de exigencias físicas.
Cabe decir, que esa tarde fue fenomenal para todos, pues había un ambiente grato de unión, de reencuentro, de miradas alegres y abrazos sentidos.Fue así como me reencontré con mi gran amigo Ramón Venegas que recien había llegado de Lima.También hice migas con Edmer Carrión, el más canoso de nuestra promoción, que se ganó el apelativo de "profe" y que causó mucha risa cuando un compañero despistado preguntó cómo se llamaba el "profe" que nos había acompañado a Yaca, dirigiéndose sutilmente hacia Edmer. ;) :) :)
Yaca tiene un poder especial.Es un lugar mágico ya que tiene al frente un cerro alto y rocoso muy imponente en forma de pirámide que si no me equivoco el Quisi me dijo que se llama "El Sinti" y que sin duda es el Apu tutelar de ese lugar.Hay que estar allí para entender lo que trato de describir en mi calidad de aprendiz.
Allí, esa tarde, los muchachos jugaron futbol sobre el pasto fresco, divididos en equipos que iban entrando y saliendo de la canchita en cuanto uno de ellos perdía por un gol en su arco.También jugaron voleybol poniendo sus mejores armas de verdaderas "matadoras". Era grato escucharlos discutir por tal o cual pase invocando a sus viejos apelativos o chapas que causaban mucha risa. Tarde en Yaca que casi me pierdo por la broma de Rimeo y de Toño Riveros que me hicieron creer que había extraviado unos documentos importantes esa mañana que nos juntamos para una comisión en la ciudad y que vanamente busqué hasta que decidí darme por vencido e ir a Yaca un poco tarde y por mis propios medios ya que todos se habían marchado mucho mas temprano en sus vehículos llevándose a todos los chicos desde el Parque Micaela Bastidas. Tuve que preguntar un poco y un taxi me dejó en un paradero llamado Guadalupe y otro de ahí me llevó hasta las puertas de Yaca y asunto arreglado.En realidad me encantan los desafíos y ésta vez no iba a perderme algo tan interesante aunque ello significara hacer dedo para un aventón.Una vez en el lugar por arte de magia apareció mi tan preciado sobre que había "perdido" en la mañana y por el cual Rimeo y Riveros estaban pidiendo como recompensa una caja de chelas luego de entregármelo.
La tarde transcurrió serena y alegre, al ritmo del rock latino y la infaltable cumbia que salía de los parlantes de algún vehículo, mientras almorzabamos un rico plato de chicharones y luego unas cuantas chelitas para la sed, mientras los mosquitos hacían lo suyo en los brazos y piernas de algunos compañeros quienes se quejaban bastante y no era para menos ya que muchos terminaron bien marcados por muchos días. Tal parece que olvidaron que a Abancay y sobretodo a orillas del Pachachaca hay que ir con repelente, pues la típica canción dice: "Si vas al cañaveral, los moscos te han de picar...recuerdos te han de dejar..."
Ya mas tarde y luego de compartir gratos momentos los vientos y el anochecer nos indicaron que ya era hora de marcharse a la ciudad y dejar aquel intenso lugar.Por supuesto que antes nos habíamos asegurado de tomar las fotos pertinentes que trataran de hacer imperecedera aquella tarde, además de el video aficionado que coloco más adelante para graficar mejor lo que trato de describir.
Cabe destacar la generosidad del Quisi y la amabilidad de su padre quien nos atendió con mucho esmero. Un abrazo para ellos y para tan servicial caballero.
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