miércoles, 2 de noviembre de 2011

En la piscina del Chama

El lunes 03 de octubre, al día siguiente de llegar a Abancay, cuando recibí la llamada de Fabio para juntarnos en la piscina del Chama. ¿la piscina del Chama?, ¿ese nombre y desde cuando que no vuelvo a ese lugar?.Nadie que haya vivido en Abancay podría no conocer dicha piscina. 25 años como mínimo...¿aún existe? ¿que será de ese lugar?

Al oir, "la piscina del Chama", volvieron como en un torrente los recuerdos de cuando con los chicos del barrio o del colegio ibamos a meternos en las aguas frías y cristalinas de la piscina del Chama, ya bastante sofocados por el sol y por la dura caminata hasta ese lugar era un placer para el cuerpo hacer contacto total con ese elemento.Luego se armaban las competencias de quien era el mas capo nadando o buceando con alguna apuesta consistente en alguna gaseosa helada de esas que traen picardía. Esa piscina donde cientos o miles de chicas y chicos, imagino, aprendieron a nadar, sufriendo, braceando, pataleando, tragándo agua de vez en cuando y soportando una que otra carajeada para no aflojar en el intento de aprender.Y seguramente terminaban con los ojos enrojecidos y la piel bastante quemada que dolería unos días después hasta llegar a pelarse.Cosa que hoy debe tenerse mucho cuidado porque el sol ya no es el de antes y bastante daño le hemos hecho al planeta que nos lo devuelve en forma de radiación.Mejor dicho, el daño nos lo hacemos nosotros mismos al contaminarlo haber creado ese enorme agujero...


Al llegar pude observar a los cumpas bañándose felices y pude ver otra vez la competencia de la que hablaba pero esta vez ya no estaban flaquitos como antes.Ya la panzita ha crecido en casi todos y los cuerpos han cambiado, pero la esencia de ser los chicos de antes sigue intacta.Eso pude constatar.Abrazos y saludos con ellos despues de mas de 2 décadas por doquier fue algo singular.Pude reconocer a Toño Riveros, Fabio Vergara, Chino Trujillo, William Valenzuela, Albertico Villegas y Edwin Mantilla.


Me llevo una gran impresión de cada uno de los muchachos de la promo con quienes pude compartir algunos gratos momentos, cosa que relataré en otros posteos en el blog. Con varios de ellos nunca antes tuve contacto ya que si bien eran de la misma promo, eramos de salas distintas.

Fue un momento grato que estuve con los compañeros porque luego debíamos irnos con el Rafa a almorzar, pues ya nos habíamos comprometido en otro lugar, pero no podía yo personalmente dejar de ir a verlos aunque sea un rato para saludarlos. Además, quería ver nuevamente ese lugar para recordar ya que para mí que estoy algo lejos es significativo ver todo ese entorno que acompañó mi niñez y adolescencia más aún cuando estaba recuperándome física y emocionalmente de una operación que casi me quita la vida un par de meses atrás. Su dueño quedó también retratado en la foto siguiente.El Gran Chama, un personaje de Abancay.

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